sábado, 3 de agosto de 2013

¿Cuál es la verdadera política de Francisco I?

¿Cuál es la verdadera política de Francisco I? El Papa ha hecho una verdadera campaña política en Brasil. Cualquier candidato estaría rebosante si pudiera tener la misma repercusión. En estos meses que han pasado desde su nombramiento, el Papa ha pronunciado innumerables discursos y se ha referido a muchos temas. No se puede pensar que no responden a una determinada política. El Vaticano es un conglomerado de grandes empresas capitalistas, pertenece al capital concentrado y centralizado, necesariamente debe tener al menos una de las políticas que está ensayando ese capital a nivel mundial. Aún cuando el Papa tuviera realmente buenas intenciones, no podría escapar a esa imposición. Pero es impensable que el Papa no sepa quién es quién. No puede ignorar el papel predatorio que tiene el capital concentrado a nivel mundial, cualquiera sea su lectura subjetiva de lo que percibe. El Papa está en contacto con todos los representantes del poder mundial, conoce lo que le pasa a la gente pobre, no puede ignorar lo que está pasando. No es ingenuo que llame al diálogo entre todos los sectores políticos de la burguesía gobernante y no gobernante en todos los países. Al reivindicar a Margaret Thatcher, dialogar con Macri, y muchos otros personajes de la extrema derecha mundial, de la internacional de derecha, está de alguna manera presentándolos como gente razonable y progresista con las cuales se puede dialogar. El llamado al diálogo es uno de los principales ejes de su discurso. Pero ¿Qué resultado puede tener ese diálogo entre el progresismo populista de Sudamérica y la extrema derecha? Inevitablemente, el sometimiento más o menos indirecto a la política de esa extrema derecha. El discurso del Papa tiene coincidencias fundamentales con el discurso de Capriles, él también llama al diálogo, a la unidad, etc. Y en la Argentina lo mismo hacen Macri, De Narváez, etc. Diálogo imposible, sería semejante a diagramar un viaje dos grupos de personas, unas que van a París, y otras que van a Roma. Imposible. La única posibilidad es que los dos grupos terminen yendo a uno de los dos lados, descartando el otro, todos a Roma o todos a París. ¿Y la extrema derecha está dispuesta a aceptar un diálogo que no implique imponer su política? Se habla mucho del llamado del Papa en Brasil a la juventud instándolas a salir a la calle y hacer lío. Pero ¿Desde dónde lo dice? ¿Qué quiere significar con eso? Se puede interpretar que convoca al pueblo a movilizarse reclamando por sus derechos económicos y políticos y sociales, a la salud, a la educación, etc., lo cual sería indudablemente una gran ayuda a la lucha del pueblo. Pero la inclusión de las palabras hacer lío sin ninguna especificación podría interpretarse también de otra manera. Lío también hacen los cacerolazos, intentando acumular presiones destituyentes, por ejemplo. Lío se puede interpretar de muchas maneras. Un ejemplo extremo sería el lío que llevaban a cabo las fuerzas de choque fascistas. Ya hay comentarios de oyentes de la radio de que hay jóvenes que hablaron de hacer lío contra este gobierno desde una perspectiva esencialmente destituyente. Es una política mundial del capital concentrado combinar el llamado al diálogo con la actividad de grupos que se movilizan para crear clima destituyente, llegando incluso en muchos casos a promover directamente fuerzas de choque. En Latinoamérica esto es muy claro, basta mencionar los días subsiguientes a las últimas elecciones presidenciales venezolanas. Esa es la línea que discutió la internacional de derecha reunida hacer algunos meses atrás en Rosario y Buenos Aires. Carlos A. Larriera 3.8.13

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