miércoles, 16 de octubre de 2013

Lo que puede haber detrás del posible default de Estados Unidos



No resulta muy plausible que el Partido Republicano mantenga su negativa de elevar el límite de financiación de EE.UU. por la sola razón de tratar de impedir que se aplique el programa de salud votado en el 2010. La disminución de ganancias que pueda tener el negocio de la salud no guarda proporción con las tremendas consecuencias para la economía mundial de un default de EE.UU. Tampoco parece posible que los republicanos lleven su exigencia de baja del gasto público al extremo del default. Por consiguiente es lícito presumir que tiene que haber causas de fondo que expliquen que la negativa republicana realmente desencadene el default de EE.UU.

Solamente el anuncio por parte del presidente Obama del peligro del default, con fecha fija este jueves 17 de octubre tiene, a primera vista, implicancias indudables. Sembrar incertidumbre oficialmente sobre la capacidad de EE.UU. de pagar los títulos de deuda religiosamente a su vencimiento implica, inevitablemente, que la confianza histórica en esos títulos ha llegado a su fin. Eso solo no es default, pero coloca a EE.UU. en una situación de mayor debilidad. Si hasta ahora se sabía que la confianza en los títulos de EE.UU. tenía pocas probabilidades de perpetuarse, este anuncio de Obama, y la confirmación de la preocupación del tesoro de los EE.UU. por las consecuencias catastróficas del posible default, instala definitivamente la cuenta regresiva en la confianza en esos títulos.[1]

Los republicanos son los representantes más recalcitrantes del capital concentrado y centralizado (CCyC) norteamericano. No es concebible que sus acciones vayan en contra de los intereses objetivos del propio CCyC. EE.UU. sobrevive económicamente en forma artificial en base al endeudamiento (mayormente vía títulos) y a la capacidad de emitir dólares como moneda no sólo local sino también internacional. El default afectará profundamente los dos aspectos: EE.UU. perderá capacidad de vivir endeudándose, y también la posibilidad de emitir moneda con poder de pago internacional. ¿Puede pensarse que el CCyC alegremente perderá estas ventajas decisivas? ¿O que los republicanos actuarán independientemente de los intereses del CCyC? ¿O que los republicanos privilegiarán el negocio privado de la salud y la reducción del gasto público en detrimento de la pérdida de la capacidad de endeudamiento y emisión de moneda mundial? Indudablemente no. Tiene que existir otra razón. Llegado a este punto en el razonamiento, es lícito presumir que EE.UU. ya está, de hecho, en default. En realidad hace mucho tiempo que lo está, sólo ha estado sobreviviendo endeudándose y emitiendo dólares. Pero ahora, aparentemente, EE.UU. ya no puede seguir haciéndolo. Y tampoco puede vivir sin endeudarse y sin emitir dólares continuamente. Aparentemente el propio CCyC norteamericano ha visualizado que en cualquier momento el default estallará, por más que se quiera evitar. La conclusión lógica es que frente a esta situación la política del CCyC sea provocar un default que de todas maneras ya es inevitable, pero provocarlo en los tiempos y condiciones que más favorezcan al CCyC y más le trasladen los efectos negativos al resto del capitalismo mundial y principalmente a los pueblos del mundo.

Es difícil precisar cuáles son y serán los mecanismos económicos y financieros concretos a través de los cuales el CCyC norteamericano logrará traspasarle los mayores efectos del default al resto del mundo. Pero todo parece apuntar que ese es el verdadero trasfondo de esta amenaza de default.

Por lo pronto, las grandes empresas norteamericanas están comprando oro. Frente a un default, el valor del oro indudablemente se potenciará.[2]  Hay versiones que se está planificando una especie de apagón informático para el día del default. También que EE.UU. podría decretar la ley marcial para contener a la población que se enfurezca cuando el default se produzca.[3]   Seguramente el CCyC habrá posicionado sus capitales de la mejor manera para ser los menos afectados por el default. En este sentido se puede pensar que las emisiones del tesoro de EE.UU., para salvar a los bancos, han concluido su objetivo principal: salvar el capital del CCyC norteamericano. Es evidente que el CCyC es el principal jugador de la timba financiera que estalló con la crisis del 2008. Si bien el “capital” del CCyC en esa timba era mayormente capital ficticio [4] el CCyC lo consideraba indudablemente como “su” capital. Recuperar ese capital tóxico y ficticio como capital real fue el primer objetivo del CCyC. Una vez logrado esto, el sinceramiento del default latente de EE.UU. es el mal menor para el CCyC y un recurso desesperado para transmitirle la crisis al resto del mundo y mejorar su posición de poder relativa.

Una aclaración. Los dólares son todos iguales. Entre otras características, son medio de circulación. Si el CCyC poseía la mayor parte de los activos tóxicos, una vez que se supo oficialmente que eran tóxicos, en 2008 dejaron de ser un equivalente fáctico de capital real, ya nadie los compraría. El estado norteamericano, a través de la emisión de dólares, canjeó ese capital tóxico por dólares comunes y corrientes. Con esos dólares el CCyC se libró de los títulos tóxicos, compró oro y realizó todas las inversiones que consideró que lo resguardarían de un posible default, por ejemplo bienes no necesariamente valuados en dólares o cuyo valor intrínseco podría sobrevivir mejor a un default. Completado este proceso, el CCyC está en condiciones mínimas como para declarar vía libre al default.

Algo más o menos equivalente es probable que haya sucedido y esté sucediendo. Es muy difícil prever lo que va a suceder. El CCyC puede también evaluar otras alternativas o incluso, decidir postergar el default; pero lo importante es tener en cuenta esta posibilidad de pasar a la ofensiva con el default, porque surge lógicamente de toda la situación.

¿Cómo enfrentar este cataclismo si el CCyC finalmente desencadena el default? Es imposible saberlo en detalle. En primer lugar hay que tener conciencia real de la naturaleza del problema y de su dimensión. Esto es fundamental porque evitará que la resistencia de los pueblos, que indudablemente se producirá, se encarrile por infinitos caminos secundarios que no conducirían a soluciones efectivas. Se podrán desarrollar indudablemente, luchas que logren algunos paliativos mayores o menores. Pero la única solución de fondo es la expropiación del capitalismo que sólo será posible mediante la revolución social. Y para que exista revolución social, es imprescindible una revolución democrática y la elevación de la conciencia de la clase obrera y del conjunto de la población.

Carlos A. Larriera

15.10.13

[1]Ver artículo de Stella Calloni en Miradas al Sur del 13.10.13, Obama, un presidente cercado, por ejemplo el párrafo: ““Si Estados Unidos pone a su deuda en default, se corre el peligro de enviar una señal a los mercados de que el país no es un tomador de préstamos creíble. Y a la vista del volumen de la deuda que circula en el sistema estadunidense, eso podría ser catastrófico”, advirtió desde Australia David Smith, del Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de Sydney.” http://sur.infonews.com/notas/obama-un-presidente-cercado.

[2] En el link Actualidad RT se puede leer, por ejemplo: “ La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) baja artificialmente los precios de oro para defender al dólar, que se encuentra sometido a una enorme presión en medio del desacuerdo político para el aumento del límite de endeudamiento del país, afirman expertos. Según el sitio Arabian Money, la Fed crea condiciones para generar pánico entre los inversores en oro. No lo hace directamente, sino en connivencia con los dos mayores bancos de oro. Los bancos cierran ventas cortas para la Fed en los mercados de oro [una estrategia controvertida con la que se hace dinero cuando las acciones caen] y los operadores de venta larga pueden observarlo con claridad. Ante una crisis importante de devaluación del dólar como la que seguiría a un fracaso para elevar el techo de la deuda el 17 de octubre, el oro sería el rey. A cambio de sus servicios los bancos de oro obtienen información privilegiada sobre el mercado para que puedan empezar a unirse al otro lado del comercio, mientras que los participantes del mercado libre son engañados, de tal forma que -advierte el sitio- cuando usted lee los pronósticos de Goldman Sachs acerca de la necesidad de vender el oro, en realidad ellos están comprando. "Estos bancos compran oro preparándose para la próxima oscilación del péndulo, cuando la Fed pierda aún más el control sobre el dólar y los mercados de bonos", indica el sitio, subrayando que "ante una crisis importante de devaluación del dólar como la que seguiría a un fracaso para elevar el techo de la deuda el 17 de octubre, el oro sería el rey", resume el sitio. Paralelamente, la ola de desconfianza que suscita el dólar se ha intensificado después de que el Bundesbank alemán exigiera la repatriación de una enorme cantidad de oro almacenado en la Reserva Federal de EE.UU., que se niega a hacerlo antes de 2020. Alemania, que mantiene allí alrededor de la mitad de sus reservas de oro, tiene razones para inquietarse, pues, en general, recuerdan numerosos expertos, las instituciones financieras de EE.UU. son conocidas por vender lo que realmente no existe.” http://actualidad.rt.com/economia/view/108316-fed-eeuu-manipular-precio-oro-dolar.

[3] Ver nota de Walter Goobar en Miradas al sur del 13.10.13, El síndrome de la bancarrota, http://sur.infonews.com/notas/el-sindrome-de-la-bancarrota, y de Ellen Brown, ¿Se prepara la Seguridad Nacional de EE.UU. para el próximo colapso de Wall Street?, del 11.10.13 en la página Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=175291

[4] El capital ficticio es aquel capital dinero que ha perdido toda proporción con el valor real de los bienes, ha dejado de representar genuinamente este valor. Es papel fiduciario carente de valor real. 15.10.13