No
se puede comprender cómo funciona el mundo si no se tienen las claves para su
interpretación
Todos
tenemos en mayor o menor medida muchas cosas claras, otras no tanto y, sobre
todo hay una mayoría de ellas que no entendemos y más aún, ni siquiera sabemos
de su existencia. Tenemos que manejarnos en nuestra vida cotidiana con un conjunto
pequeño, incompleto y anárquico de datos de la realidad.
Muchas de
éstas hemos llegado a conocerlas con bastante profundidad cuando nos ha tocado
padecerlas, como sería el caso de la atención de una enfermedad propia o de
personas cercanas, cuando debido a la dificultad de obtener un pronóstico
preciso nos vimos obligados a averiguar cómo funciona gran parte del sistema de
salud.
No
tenemos una clave que nos dé un panorama del mundo de conjunto y por lo tanto,
no podemos elaborar una estrategia central con la que orientar nuestra
actividad política.
Muchos
“solucionan” esto dándose a sí mismos y a los demás explicaciones inverosímiles
como “razonar”, por ejemplo, de la siguiente manera: “llueve, en casa tengo una película que no ví, por lo tanto está cara
la verdura”. Aunque parezca exagerado muchas personas “razonan”
relacionando hechos sin ninguna lógica, pero creen estar en lo cierto, y haber
razonado correctamente, y se comunican entre sí intercambiando “razonamientos”
semejantes. Es que el cerebro necesita dar siempre una respuesta, y si no se
encuentra otra mejor, se recurre a una interpretación forzada de los
acontecimientos. El problema se complica porque además los datos en que nos
basamos son precarios, incompletos, y muchas veces falsos o distorsionados.
Este es
un terreno fértil para que toda la difusión de falsas noticias e
interpretaciones de hechos reales efectuadas por los medios de comunicación
hegemónicos tengan una considerable aceptación como verdades evidentes.
Somos
muchos los que hemos intentado durante gran parte de nuestras vidas encontrar
claves que nos permitan acceder a una interpretación real del funcionamiento
del mundo, entre ellos, en un porcentaje reducido de la población mundial,
hemos encontrado en el marxismo estas claves de comprensión.
La
campaña de siglos del capitalismo para demonizar al marxismo ocasiona que la
mayoría de la población no recurra al materialismo dialéctico para interpretar
la realidad. De esta manera la mayoría del pueblo se ve desprovista de
herramientas fundamentales para la comprensión de la realidad. Si en lugar de materialismo dialéctico, o
marxismo, se hablara simplemente de claves para interpretar la realidad, la
proporción de personas que se animarían a usarlas sería infinitamente mayor.
Los que
hemos incorporado al materialismo dialéctico como herramienta para entender el
mundo, ha sido un antes y un después radicalmente distintos. Antes
naufragábamos en un mar de hechos multitudinarios y anárquicos que apabullaba
toda intención de conocimiento verdadero. Después, con esa herramienta, nos
animamos a intentar explicar todos los fenómenos sociales, económicos y
políticos.
El
materialismo dialéctico es una clave de interpretación, una herramienta con la
cual contamos para sustentar una investigación científica de los hechos.
Después es un camino largo y difícil lograr comprender paso a paso lo que va
sucediendo en la realidad. Pero tener esta herramienta nos alienta a seguir en
esa lucha, confiando que con ella seremos capaces de entender gran parte del
funcionamiento del mundo, cada día algo más de comprensión.
El
capitalismo se ha encargado, durante siglos, de mantener a la población en la
mayor ignorancia posible para, de esa manera, poder ejercer su dominación. Esto
abarca por ejemplo, desde no enseñar los rudimentos básicos de la economía
política a partir de la escuela primaria hasta demonizar al materialismo
dialéctico, censurar y castigar de diferentes maneras su estudio, e instaurar
en la población una autocensura invisible de acceso al mismo.
Nadie
está en mejores condiciones que comprender El
capital de Marx que la clase obrera, por su relación directa con la
producción capitalista. No es que el pueblo no pueda entender lo que pasa en el
mundo, sino que el capitalismo se ha ocupado desde siempre de obstaculizarlo lo
más posible.
Lo que
es indudable es que todos necesitamos claves para comprender lo que sucede en la
sociedad, y la mayoría de la población carece de ellas.
Carlos
A. Larriera
1°.9.2018
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