¿Cómo
defender a Venezuela?
La
amenaza de Obama a Venezuela, al gobierno de Nicolás Maduro y al proceso
bolivariano, plantea un peligro cierto de agresión militar norteamericana sobre
territorio venezolano.
EEUU tiene muchos motivos para
invadir Venezuela, entre ellos que necesita su petróleo, la mayor reserva
mundial, y la que está más cerca de Norteamérica. Pero también tiene motivos
para no hacerlo. No es tan fácil. Según Modesto Emilio Guerrero[1] la amenaza es cierta, hay
que estar preparados, pero en el actual contexto nacional e internacional las
agresiones militares de EEUU al proceso bolivariano no necesariamente
van a ser inmediatas, inminentes o inexorables.
Sobre
las posibilidades de agresión militar dice Atilio Borón: “Cuando un “estado canalla” como Estados Unidos, que lo es por su
sistemática violación de la legalidad internacional, profiere una amenaza como
la que estamos comentando hay que tomarla muy en serio.” “Especialmente si se recuerda la
vigencia de una vieja tradición política norteamericana consistente en realizar
autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta
bélica.”[2]
De
manera que las posibilidades de agresión militar son ciertas pero no
inexorables. Pero, en caso de una invasión ¿Cuál debe ser la política a
desarrollar por el pueblo venezolano y del resto de A. Latina?
Maduro,
con la ayuda de Rusia, ya está realizando operativos militares para una
eventual defensa.
No es
una buena señal. Una guerra Venezuela-Estados Unidos sólo puede favorecer a
este último. El estado venezolano sigue siendo un estado capitalista. El
aparato militar capitalista de Venezuela contra el de EEUU no tiene ninguna
chance de ganar. Si se entra en la lógica de la guerra EEUU tiene todo por
ganar. Es su política internacional, intervenir en países, generar divisiones
entre los pueblos, utilizar una fracción de un pueblo contra otro, utilizando
para ello toda clase de operativos de inteligencia, entre ellos el conocido
como “pelea de perros”.[3]
En la
primera guerra mundial el bolchevismo planteaba que la política correcta era
transformar la guerra imperialista en revolución, y que la derrota del propio
país en la guerra imperialista era el mal menor. El mal mayor era someter al
pueblo a la dictadura del zarismo potenciada por su intervención en la guerra.
Es famoso el caso alemán, donde en la segunda Sesión de guerra del Reichstag,
del 2 de diciembre de 1914, Karl Liebknecht votó contra el Presupuesto de
Guerra, mientras el resto del partido socialista alemán votó a favor, traicionó
el socialismo y la revolución, y se autocondenó al reformismo más decadente.
No es
la misma situación. Es materia discutible llamar a una guerra entre EEUU y
Venezuela una guerra interimperialista. Pero sí será inevitablemente una guerra
interburguesa en la cual una de las partes es un país imperialista y cuyas
políticas incluyen justamente ahogar las revoluciones democráticas en guerras
interburguesas. Los últimos casos de Irak, Libia, Ucrania, son ejemplos a tener
en cuenta.
La
respuesta no debe ser la guerra sino continuar con el proceso de transformaciones
en Venezuela, transformar la profundización de la democracia actualmente en
curso en una revolución democrática plena, y tomar las medidas radicales en la
economía que hasta ahora el gobierno venezolano no se ha animado a tomar. En la
crisis económica actual en Venezuela es fundamental la escasez de divisas, a
pesar de que, a diferencia de Argentina, el 95 % de las divisas provenientes de
la exportación venezolana ingresan directamente a la empresa estatal petrolera
PDVSA. A pesar de esta circunstancia hay escasez de divisas en Venezuela porque
estas se van por sobrefacturación de importaciones y por fuga de divisas a
través de los bancos. Evitando estas dos últimas circunstancias la economía de
Venezuela podría crecer sin sobresaltos imposibles de manejar.[4][5] Se trata entonces de
estatizar la banca, las importaciones, expropiar la propiedad terrateniente y
medidas similares que coloquen efectivamente el control de la economía en manos
del gobierno venezolano.
La
respuesta a una posible invasión bélica norteamericana debe ser la revolución
social en Venezuela. ¿Invaden? Es hora de profundizar el proceso, transformarlo
en verdaderamente revolucionario, tanto desde el punto de vista de la
revolución democrática como de las medidas económicas imprescindibles. Tanto
más que la revolución democrática es necesaria para que exista suficiente poder
del pueblo como para realizar las estatizaciones y expropiaciones mencionadas.
EEUU
se vería ante una disyuntiva. Si invade, se transforma el proceso bolivariano
en una verdadera revolución social. Si no invade tal vez siga el proceso como
hasta ahora con avances y logros encorsetados bajo el capitalismo de la
democracia burguesa. Es necesario cambiar la lógica de la guerra por la lógica
de la revolución.
Si se
acepta sin más la guerra con EEUU y se pone todo el aparato burgués venezolano al servicio de esa
guerra, toda la llamada revolución bolivariana, lejos de transformarse en una
verdadera revolución, perderá todos los avances logrados, más aún, retrocederá más
atrás todavía de cómo estaba el país cuando estalló el Caracazo de 1989.
Aceptar
la guerra implica que todo el operativo bélico se pondrá bajo las órdenes del
estado burgués venezolano. Mandará la
burguesía mucho más que ahora. Se ahogaran bajo ese mando todos los avances económicos,
sociales y democráticos en el altar de la guerra, a la que se la podrá
presentar seguramente, pero falsamente, como guerra “revolucionaria”. Una
verdadera guerra revolucionaria sólo puede existir después de haber triunfado una revolución democrática en el país, después de haber reemplazado de raíz el
actual aparato estatal burgués por un estado proletario, y después de haber expropiado al gran capital concentrado y la
propiedad terrateniente.
Sin el
triunfo de la revolución en Venezuela, la guerra será una guerra reaccionaria,
por más buenos deseos que tenga el movimiento bolivariano liderado por Maduro,
y probablemente al poco tiempo también se convierta en una guerra fratricida
entre distintos sectores del propio pueblo venezolano, como sucedió en
Yugoslavia, sucede en Libia, en Siria, en Irak, en Ucrania, etc.
Existirá
seguramente la objeción siguiente: si no se enfrenta militarmente a EEUU este
arrasará con el país en poco tiempo.
Es
posible. Pero mucho más lo arrasará si no se profundiza el proceso, si no se lo
transforma en verdadera revolución social y si se reemplaza la lucha unida del
pueblo por una guerra fratricida entre hermanos.
Arrase
o no arrase EEUU la política debe ser la misma, transformar el proceso actual
en verdadera revolución, utilizar como “excusa”, por así decirlo, la invasión
para avanzar en la revolución democrática y socialista.
Y esto
será una “defensa” verdadera. Mucho más si en el resto de los procesos
populistas progresistas de América Latina se produce el mismo avance hacia la
revolución social.
Sería
la peor alternativa para EEUU y la mejor para los pueblos.
Y esto
cuando no sabemos si estará cerca o lejos el despertar de la revolución democrática
en el propio EEUU.
Es un tema difícil y complejo. Como siempre
se debe resolver la política correcta en cada coyuntura concreta. Se debe conocer
en profundidad todos los procesos que han llevado a la situación actual para
tener claro el significado real de una guerra burguesa, contrarrevolucionaria,
contra la invasión norteamericana.
Resulta
entonces necesario plantear los ejes políticos principales a tener en cuenta
para no confundirse en la vorágine de los acontecimientos.
Carlos
A. Larriera
19.3.15
[1] “El actual escalamiento del gobierno
de EEUU contra Venezuela y el proceso bolivariano, tiene precedentes que
obligan a preocuparse, pero al mismo tiempo aparece en un contexto que debe ser
considerado para no ser víctimas de golpes de efecto y falsas impresiones.
Una cosa es lo que el enemigo desea, otra lo que puede. La decisión
ejecutiva de Obama contra siete funcionarios venezolanos y la declaración de
Venezuela como "una amenaza" para ellos, obliga a incluir en la
agenda bilateral la posibilidad de acciones armadas. Pero esa sola decisión no
significa que vayan a ser inmediatas, inminentes o inexorables.
En el medio actúan demasiados factores internacionales y nacionales y
consideraciones que los jefes del imperialismo deberán considerar.” ¿Hasta dónde se atreverá Obama contra Maduro
y Venezuela?, 11-03-2015, Modesto
Emilio Guerrero, Rebelión,
[2] Preparando la
agresión militar a Venezuela, por Atilio A. Boron, http://www.atilioboron.com.ar
[3] Ver
Thierry Meyssan, por ejemplo: “Tenemos
que recordar que, desde el desmembramiento de Yugoslavia, el estado mayor
estadounidense ha experimentado y puesto en práctica en numerosos países su
estrategia conocida como «pelea de
perros», que consiste en matar miembros de la comunidad mayoritaria y
matar después miembros de las minorías para lograr que ambas partes
se acusen entre sí y que cada una de ellas crea que la otra está
tratando de exterminarla. Fue así como Washington provocó la guerra civil en Yugoslavia
y, últimamente, en Ucrania”. ¿UN 11
DE SEPTIEMBRE EN PARÍS? ¿Quién está
detrás del atentado contra Charlie Hebdo? por Thierry Meyssan,
[4]
Claudio Katz, Las batallas de Venezuela,
20.12.14, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193415
[5] Ver también de Víctor Álvarez R.: Pro y contra de la devaluación,
miércoles 13.2.13,
y Principales retos
económicos de Nicolás Maduro, Martes, 30/04/2013,
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