Experiencia
y conciencia
Karl Marx, Prólogo a la Contribución a la crítica de la Economía Política
Si
dejamos por un momento de lado todos los sufrimientos y las pérdidas de
conquistas que está padeciendo actualmente el pueblo, preguntémonos hasta dónde
esta experiencia crea conciencia y qué conciencia, concretamente.
Las
masas aprenden por experiencia de masas. Esa experiencia de masas las lleva a
tener en claro muchas cosas, hacer balances que en muchos puntos son acertados,
pero también producir caracterizaciones equivocadas, de manera que esa
experiencia por sí sola no es suficiente.
La
imposibilidad de que únicamente con su propia elaboración la población obtenga
conclusiones que respondan plenamente al significado de las experiencias que ha
vivido se debe a muchas causas, entre otras a la falta de acceso a la información.
Pero la principal es que la burguesía, que es el poder dominante, utiliza desde
siempre todo tipo de falsos argumentos, de falsas explicaciones de los hechos,
y una buena parte de ellas es tomada por el pueblo para interpretar sus experiencias pasadas.
Es
necesario, por lo tanto, contrarrestar esta influencia distorsionadora del
poder económico. Para ello se necesita la existencia y la actividad de una
organización política que sume a su experiencia política concreta la
explicación científica de la realidad mediante el estudio intelectual a través
de los textos. Es necesario que realice una actividad explicativa
(propagandística) de las verdaderas causas que producen los distintos
acontecimientos políticos. No se trata de adoctrinar, sino de señalarle al
pueblo los hechos que no ha alcanzado a ver por sí mismo, en contraponer al
discurso engañoso del poder una explicación real de los acontecimientos. Sin
esta ayuda política no les será suficiente a las masas las experiencias
vividas. Y entonces el poder capitalista siempre encontrará la forma de
confundir las mentes, inducirlas a elaborar balances equivocados, y embarcarlas
en iniciativas, como las guerras, que conducen a las derrotas del pueblo.
La
explicación que se debe hacer para contrarrestar esta ofensiva confusionista
del poder consiste en señalar los hechos que han pasado desapercibidos y, junto
con los que sí ha registrado la población, mostrar las verdaderas vinculaciones
y causalidades que tienen entre todos ellos. Y el pueblo comprobará el acierto
o falsedad de esta explicación con su propia experiencia, previamente
enriquecida por lo que no ha podido elaborar por sí mismo y contrarrestando el
discurso engañoso del poder.
La
población ha tenido y tiene dos grandes experiencias de masas: el kirchnerismo
y el macrismo. La comparación es inevitable, porque las dos políticas han
dejado y siguen dejando huellas imborrables. El kirchnerismo mejorando mucho el
nivel de vida de gran parte de la población mientras fue gobierno sin por esto,
dejar de denunciar todos los errores, omisiones y falsas ideologías de los que
ha sido responsable. Y ahora el pueblo está continuando la experiencia con el
kirchnerismo, pero cuando éste se ha constituido en la principal fuerza
política opositora, con todas sus debilidades y falencias.
Más de
la mitad de los votantes llevaron al macrismo al gobierno, con una pequeña
diferencia de un punto y medio de los votos. Una cuestión importante es
preguntarse cuántos de ellos están tomando nota, a la luz de los acontecimientos,
de la verdadera política del gobierno y han adquirido conciencia de las
consecuencias catastróficas que puede acarrear equivocarse en el voto, haciendo
abstracción del grado de arrepentimiento expreso que manifiesten.
La
comparación de las dos experiencias es en sí misma muy rica, porque en el
gobierno anterior se comprobó que se podía mejorar el nivel de vida, y éste
está demostrando su vocación de destruir todas las conquistas sociales.
Nunca en
la historia argentina se han producido dos experiencias de masas tan
contrapuestas, cuyos detalles están a ojos vista de toda la población. La
pregunta es hasta qué punto esta experiencia se eleva a la conciencia del
pueblo, en qué medida, con qué claridad y con qué confusión.
El
macrismo tiene un discurso esperanzador, con el cual entretiene y distrae a una
parte de sus votantes, mientras aumenta diariamente su ofensiva sobre los
derechos y necesidades del pueblo. Es un fenómeno nuevo, porque tiene la
política de una dictadura militar, pero en lugar de la intervención directa de
las FFAA utiliza —junto con medidas dictatoriales y una creciente represión— la propaganda para engañar al pueblo mientras
cada vez más se parece a una dictadura con todas las letras.
Es
indudable que la mayoría del pueblo irá elaborando conclusiones realistas de
las dos experiencias, la pregunta es hasta dónde lo logrará, y por otro lado en
qué medida compran el discurso engañoso del poder, que enturbia la elevación a
la conciencia de los hechos de los últimos años, que en sí mismos son una
magnífica ilustración, en vivo y en directo, como una película viva antes los
ojos de todos.
La
obligación de todo socialista, y también de todo demócrata consecuente, es
ayudar con la máxima explicación científica posible a que estas experiencias se
eleven completamente a la conciencia de todo el pueblo, superando todo el
discurso confusionista del poder dominante.
Carlos
A. Larriera
12.7.2017
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