La izquierda actual y el
gran capital concentrado y centralizado mundial
guarimberos con máscaras y equipo
En
general la izquierda actual no incorpora a sus análisis la ofensiva
internacional del gran capital concentrado y centralizado mundial (CCyCI).
Esta
ofensiva se realiza de distintas maneras: con la guerra invadiendo otros países
a sangre y fuego y con los golpes blandos, fundamentalmente, entre otras.
En
nuestro país (y probablemente en el mundo) la izquierda autodenominada[1]
revolucionaria hace eje en la afirmación de que todos los gobiernos (dictadura
militar, neoliberalismo, populismo) son igualmente capitalistas y entre el neoliberalismo
y el populismo considera que las diferencias son solamente de matices[2],
como en el caso del macrismo y el kirchnerismo en el ballotage.
Que todos
son gobiernos capitalistas, es cierto; y que hay que explicarlo y denunciarlo
permanentemente, también. Pero dentro del
capitalismo, poner un signo igual entre estos diferentes tipos de gobierno
no tiene nada que ver con el marxismo. Los bolcheviques llevaban adelante muchas veces la unidad de acción, incluso a
veces en las elecciones, con los partidos pequeñoburgueses, como los trudoviques
y los socialistas revolucionarios. Eso lo consideraban muchas veces inevitable,
porque no se podía avanzar sin tener que hacer acuerdos a cada rato con
distintos partidos. Pero siempre votaron en contra de los kadetes, el partido
liberal burgués, que lo único que buscaba era ampliar su libertad de acción,
obtener reformas democráticas pero manteniendo el poder del zarismo, con el fin
de lograr la libre movilidad para el capital. Pero cuidándose permanentemente
de no dejar espacios para el proletariado y el conjunto del pueblo trabajador.
Los bolcheviques combatían permanentemente el falso discurso democrático de los
kadetes, aclarándole siempre a las masas acerca de la naturaleza y los
objetivos ese falso discurso.
Una sola
vez, cuando la alternativa del triunfo de las centurias negras era muy
probable, aceptaron un frente electoral con los kadetes, sin dejar de
criticarlos. El argumento bolchevique era que, bajo un gobierno kadete, el
marco político iba a ser más laxo que bajo las centurias negras, lo que
permitiría un mayor desarrollo de la lucha de clases.[3]
Todo
esto para señalar que Lenin explicaba permanentemente las diferencias de clase
y las políticas que de allí se derivan de cada uno de los partidos burgueses y
pequeño burgueses, para que el proletariado conociera perfectamente su
funcionamiento y supiera adoptar las tácticas más apropiados para aumentar la
democracia y avanzar hacia el desarrollo de las posibilidades revolucionarias.
La
izquierda actual se limita a señalar que son todos capitalistas, que las
diferencias son de matices que, por consiguiente, no hay que votarlos nunca,
cualquiera que sea la coyuntura, poniendo prácticamente un signo igual,
absoluto, entre los distintos tipos de gobierno capitalista. Y de esa manera,
no toman como guía las caracterizaciones de Lenin y no piensan en garantizar
permanentemente el mejor marco para desarrollar la lucha de clases.
Pero el
daño que hacen a la conciencia de las masas va mucho más allá de las coyunturas
electorales. El no distinguir las diferentes
políticas burguesas de todos y
cada uno de los partidos impide que el proletariado cuente con elementos
suficientes para orientar su política.
Muchos socialistas
actuales acusan al gobierno venezolano de represor y a muchos izquierdistas de
encubrir estos hechos con fraseología cuasi marxista, de caer en la falsa caracterización
de que el gobierno venezolano es revolucionario y socialista.[4]
Es
cierto que la fidelidad al marxismo de estos socialistas es, por lo menos, muy
dudosa.
Que el
gobierno de Nicolás Maduro reprime, también es cierto. La pregunta acerca del
grado y la estrategia de la represión y el verdadero carácter de la misma del
gobierno de Maduro, es difícil de responder con precisión contando, solamente,
con las informaciones de los diarios burgueses, progresistas y de izquierda.[5]
El tema
es que los partidos de izquierda no registran la ofensiva destituyente,
golpista, del capital concentrado internacional y local contra el gobierno de
Nicolás Maduro. Si esta perspectiva no se tiene en cuenta, es inevitable caer
en caracterizaciones equivocadas y tampoco se puede evitar hacerle el juego a
estos golpes blandos en curso.
No se
trata de no decir que el gobierno de Maduro es burgués, que la revolución
socialista del siglo XXI chavista no tiene nada de socialista, que una parte de
la izquierda acepta el discurso chavista y confunde a las masas adjudicándole
verdadera naturaleza revolucionaria socialista. Todo esto es imprescindible
hacerlo.
El
problema es la perspectiva política con la que se hacen estas críticas. Que
todo esto sea cierto no niega las reformas sociales y la elevación del nivel de
vida de grandes masas del pueblo trabajador. En palabras del ideólogo del CCyCI
Zbigniew Brzezinski que afirmó reiteradamente que “nuestro enemigo es el
populismo”[6]
se testimonia la ofensiva mundial del gran capital contra el populismo en los
distintos países. La izquierda debe tener una política específica frente a este
fenómeno. Pero la ignora en sustancia, y efectúan sus análisis y desarrollan su
actividad sin tener en cuenta esta ofensiva. Esto hace perjudicial el discurso
de la izquierda actual. Realizar un análisis más objetivo de la realidad es el
primer requisito para desarrollar una política verdaderamente revolucionaria.
La
izquierda autodenominada socialista revolucionaria siempre ha estado en contra
de los golpes de estado militares, como debe ser. ¿Por qué razón no está en contra de los
golpes blandos que, en definitiva, suelen terminar en dictaduras directamente
militares o por lo menos, altamente represivas dificultando al máximo el libre
desarrollo de la lucha de clases?
La única
respuesta que surge es que no reconoce la existencia de estas campañas
destituyentes del gran capital y su verdadera dimensión.
El gran
capital no puede, simplemente, imponer sus políticas de saqueo neoliberal en
todos los países y en todas las coyunturas nacionales e internacionales a
través de golpes militares. Esta es la razón objetiva por la cual están utilizado
la táctica y la estrategia de los golpes blandos, cuyos elementos fundamentales
no son nuevos, pero que se han desarrollado a un nivel mucho mayor en las
últimas décadas.
Resulta
claro que hay que tener una política contra
los golpes blandos, combinando esto con la denuncia
de que todos los gobiernos bajo el estado capitalista son gobiernos burgueses,
y adoptando la táctica más adecuada en cada momento.
Cualquiera
sea la justificación de la izquierda actual de su política basada en la
igualación casi absoluta entre todos los partidos y gobiernos burgueses, choca
inexorablemente con el hecho inadmisible de que ignoran la naturaleza de estas
ofensivas destituyentes, de estos golpes blandos.[7]
En
relación a Venezuela queda claro que el gobierno de Maduro ejerce algún grado
de represión contra el pueblo. Pero para ponderar adecuadamente el carácter de
esta represión hay que empezar por aclarar que la ofensiva es de la oposición
destituyente, que ha inventado la violencia en las calles siguiendo el manual
de los golpes blandos[8]
y que la violencia del gobierno es claramente defensiva y no estratégica, como
sería la estrategia represiva de Macri en la Argentina, y como será también la
estrategia del futuro gobierno si finalmente triunfa el golpe blando. La generación de la violencia es provocada,
sin ninguna duda, por la oposición de la derecha destituyente[9].
El
gobierno de Maduro actúa básicamente defensivamente. El hecho de que utilice
las fuerzas represivas que existen en todo estado capitalista es una derivación
lógica del hecho de ser, más allá de su política populista, un gobierno
capitalista y cae en la represión sin reemplazarla por la democratización revolucionaria
del pueblo, para que sea el mismo pueblo el que se defienda con sus propios
métodos.
Pero el
gobierno de Maduro no tiene a la represión como estrategia, no la genera. Mucho menos utiliza la represión
para imponer las políticas de saqueo de los gobiernos neoliberales surgidos de
golpes blandos como el actual de Macri. No es su objetivo saquear al pueblo, sino realizar reformas que eleven su nivel de
vida, política que denominan falsamente socialismo
del siglo XXI. Esta diferencia es fundamental. La principal lucha de la
verdadera izquierda es contra los generadores
de la violencia.
Uno de
los grandes pecados el gobierno de Maduro y también durante el gobierno de Chávez,
es dejar el núcleo central de la economía en manos del gran capital. Permitir que
los dólares que ingresan por las exportaciones de petróleo se transformen, en
su mayor parte, en fuga de divisas, manteniendo una estructura del aparato
estatal corrupta y al servicio del gran capital. Mientras no supere esa
contradicción de pretender profundizar las reformas manteniendo los organismos
del estado al servicio del capital en la mayor parte el gobierno, Maduro no
podrá evitar el deterioro general de la economía, dejando las condiciones para
que una parte del pueblo, ingenuamente, caiga en la participación de la
ofensiva destituyente.
Para
quien quiera verlo esta ofensiva es clara y no es nueva históricamente. Como
ejemplo tenemos al desabastecimiento, que es muy grande y provoca penurias en
toda la población, llevando a muchos a renegar del chavismo. Pero esto se
produce por el boicot, el acaparamiento sin distribución de las grandes
empresas productores de alimentos y otros bienes básicos. Esto no es nuevo,
suele suceder en la preparación del ánimo de la población que conduzca a apoyar
activa o pasivamente los golpes. Sólo que esta vez su escala es mucho mayor y
se integra como una parte del manual de los golpes blandos[10],
siguiendo básicamente, las recomendaciones de Gene Sharp.[11]
Es
notorio como la izquierda en general se hace eco en mayor o menor medida, de la
información y la propaganda del gran capital, que tiene en todo el mundo el
cuasi monopolio de todos los medios de información, televisivo, radial y
escrito.
No toma
en cuenta la multitud de artículos que describen la ofensiva destituyente y sus
componentes violentos. Por lo menos debería plantearse el interrogante sobre
quién dice la verdad y quién miente, en líneas generales, porque es evidente
que no puede ser cierto, en su totalidad, opiniones e informes tan
contradictorios.
La
omisión de la existencia de las guarimbas[12]
es inadmisible, siendo que es una de las herramientas principales de los golpes
blandos, aplicada en muchos países del mundo. El objetivo central de las
guarimbas es generar un clima insostenible de violencia, responsabilizando a los gobiernos, generando
en la población el repudio y la aceptación de la alternativa de que la
oposición destituyente acceda de una manera u otra al poder, por elecciones o
por golpes militares, por ejemplo. Gran parte de las muertes producidas en
todas estas manifestaciones son efectuadas por un sector de los manifestantes
preparado especialmente para producirlas. La oposición destituyente manda matar
gente con el objetivo específico de acusar a los gobiernos de las mismas. Son
el producto de una estrategia deliberada, siniestra, de esta oposición. Esto es
sabido ampliamente y la izquierda no puede actuar y realizar sus críticas
ignorando esta realidad.
Que el
gobierno de Maduro responda en parte utilizando las fuerzas represivas de todo
gobierno capitalista en lugar de impulsar una verdadera revolución democrática,
es su principal responsabilidad y forma parte de la raíz de toda su crisis.
Sin una
revolución democrática de todo el pueblo, un levantamiento generalizado y el
surgimiento de organizaciones de masas que se transformen en un poder
alternativo a los gobiernos de los estados capitalistas, no hay salida posible.
Pero el
planteo de revolución verdaderamente democrática, que desemboque en un gobierno
realmente de todo el pueblo, ejercido directamente por el pueblo mismo,
desmontando todo el aparato estatal del estado capitalista, no existe en la
izquierda actual. Debería ser el eje de su política pero ni siquiera lo
plantean.
Y esto
también vale para la Argentina, Brasil y en general para todos los países. La
estrategia de revolución democrática siempre está vigente, y es un eje particularmente
necesario en este momento histórico.
Los socialistas y todos los
verdaderos demócratas consecuentes tiene una tarea común, estratégica en este
momento: la revolución democrática, para lograr un verdadero gobierno de todo
el pueblo, ejercido directamente por el pueblo.
Durante esta revolución los verdaderos
socialistas, utilizando el análisis científico y los datos de la realidad que
con frecuencia no son visualizados por el pueblo, trataremos de explicar
exhaustivamente a la mayoría de los que viven de su trabajo de que la solución
de fondo es la revolución social, empezando por la expropiación del gran
capital. La revolución democrática es la tarea inmediata, el único objetivo que
nos abrirá una salida verdadera a toda esta situación argentina y mundial de la
ofensiva del gran capital internacional, que provoca cada vez más desocupación,
miseria y represión a la población, y guerras en todo el mundo, para lo cual también
tiene otra táctica, inventar y promover en todas partes todo tipo de
movimientos terroristas para instalarlos como el enemigo principal y así
justificar su ofensiva cada vez mayor contra los pueblos de la tierra. Es el
mismo CCyCI el que actúa con distintas tácticas y el mismo objetivo, instalar
gobiernos absolutamente sumisos a sus intereses saqueadores.
Carlos
A. Larriera
12.6.2017
Pueden
verse todos los artículos del autor en el blog
[1] Empleamos el término “autodenominada” para
señalar la contradicción entre lo que afirman ser marxistas y su verdadera
política que en la mayoría de los casos es irremediablemente reformista.
[2]
“Reafirmo
entonces lo que escribí en otras notas: desde
una perspectiva socialista no hay ninguna razón para preferir a Scioli o Macri. El viejo criterio del marxismo –véase aquí– se aplica a la
actual situación. Los trabajadores no ganan nada apostando a pequeñas y sutiles
diferencias entre los candidatos, tan sutiles y pequeñas, que hay que buscarlas
con lupa. Rolando Astarita en su nota “Intelectuales y académicos
por Scioli, contra el voto en blanco”.
“Llamamos al voto en blanco
porque es una expresión política, es nuestra primera trinchera de lucha para
enfrentar los ajustes que preparan tanto Scioli
como Macri. Con solo ver sus gabinetes y referentes económicos nos damos cuenta
fácilmente para qué se preparan: balas, garrotes y ajuste”. La Izquierda
Diario, 20.11.2015, http://www.laizquierdadiario.com/El-voto-en-blanco-es-nuestra-primera-trinchera-de-lucha
[3]“Siempre
que los liberales sean más fuertes que los centurionegristas, /…/es obligatoria
/…/ la unión de los obreros con la democracia burguesa (populista, trudovique,
etc.) contra los liberales /…/ los casos
en que los liberales sean más débiles que los centurionegristas y /…/ se
requiera formar un bloque general de la oposición para derrotar a estos
últimos.” La segunda vuelta de las elecciones en Rusia y las tareas de la clase
obrera, V.I. Lenin, Obras
Completas, tomo XVIII, págs. 43/49, segunda edición corregida y aumentada,
Editorial Cartago, Buenos Aires, 1970.
[5]
"¿Dictadura en Venezuela? Se agradece que se
informe antes de opinar”, Alfredo Serrano Mancilla, https://actualidad.rt.com/opinion/alfredo-serrano-mancilla/238900-expertos-venezuela
Entrevista a Modesto Emilio Guerrero, sobre su libro “Una revuelta de
ricos”, por Andrés Figueroa Cornejo.
[6] Entre otras
declaraciones: “según el político, la “resistencia
populista” podría ser un gran obstáculo para la imposición de un nuevo orden
mundial.” 26.11.2013
[7]
Golpes blandos, la nueva tendencia en la
región, Santiago O’Donnell, Página 12, 1.9.2016,
[8]
Según
el documentalista Ruaridh Arrow “el doctor Gene Sharp propone 198 técnicas para
su estrategia de una revolución no violenta. Sharp es el experto en
revoluciones no violentas más famoso del mundo. Su obra ha sido traducida a más
de treinta idiomas.”
[9]
Según el modelo ‘La Salida’, ver Acontecimientos
centrales y escenario económico-social
Manual USA para
derrocar gobiernos. Gene Sharp, el cerebro de los golpes “blandos”. Orlando Rangel Yustiz ,
martes, 18 de agosto de 2015,
[12]
Guarimbear es para sifrinos o sicarios: la moda opositora y la carne de
cañón popular, Álvaro Verzi Rangel
¿Todas las víctimas son
de oposición? Lo que no le dicen sobre las protestas violentas en Venezuela
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