El plan
de saqueo (que no es “ajuste”)[1]
no va a cambiar
Muchos opinan que este gobierno
debe corregir “errores”, como, por ejemplo, el tarifazo. Piensan que deben
hacerse modificaciones en el plan económico para que “cierre”, para que
promueva el bienestar de la población. Es ingenuidad, ignorancia o complicidad,
porque aunque el gobierno se vea obligado a cambiar algunas medidas por razones
tácticas, su plan económico general es éste, y no puede cambiarlo. No lo puede
hacer porque no es el programa de Macri o del macrismo, es el programa del
capital concentrado internacional. [2]
Si la protesta social termina
por apartar del gobierno a los macristas, el capital concentrado se encargará
de reemplazarlo por otros, en este caso hoy la posibilidad mayor está en Massa
y el Frente Renovador. Lo que es seguro es que el capital concentrado no
renunciará a gobernar directamente, ni va a permitir que el kirchnerismo gane
las elecciones del 2019. Para impedir esto recurrirá al fraude mediante el voto
electrónico o cualquier otro recurso, pero mantendrá un gobierno fiel a sus
intereses.
Es necesario pues tener esto
claro y descartar las opiniones de todos aquellos que consideran “errores” las
políticas actuales del gobierno.
Si este es el único plan que
tiene el capital concentrado, ¿Cómo va a lograr que la protesta social
crecientemente masiva no imponga sus reclamos? Aumentando la represión, atemorizando
cada vez a mayor cantidad de movilizados, logrando sumir en la impotencia y la
resignación a la mayoría del pueblo. Y para esta tarea el accionar de las
fuerzas de choque de tipo nazi o fascista, es fundamental.[3]
El capital concentrado no puede imponer su plan sin lograr el aplastamiento de
la resistencia popular. Esta es la estrategia que tiene para garantizar su
proyecto económico. Si no lo logra no podrá imponerlo.
Para esta tarea el gobierno
necesita desesperadamente fabricar un
enemigo a quien responsabilizar de todas las consecuencias antipopulares de su
política económica. Primero fue la pesada herencia, ahora impulsan la idea de
que el kirchnerismo quiere desestabilizar al gobierno, e incluso que está
preparando un golpe de estado.
Relacionado con este fin el
gobierno está impulsando un centro de detención para personas migrantes.[4]
Responsabilizar a los que vienen del extranjero a trabajar al país, culpándolos
entre otras cosas de la desocupación es algo que también se está haciendo desde
hace tiempo en Europa.
Desde el punto de vista táctico
el gobierno no evaluó adecuadamente la dimensión de la movilización y protesta
popular que provocaría la aplicación de sus medidas económicas. Era evidente,
para cualquiera, que un tarifazo absolutamente impagable obligaría
necesariamente a la gente a movilizarse en contra.
A pesar de que era previsible
que el tarifazo despertaría inevitablemente la protesta generalizada el
gobierno lo realizó igual. De cualquier manera el tarifazo es una necesidad
objetiva del capital concentrado y cualquiera sea la táctica a emplear de ahora
en adelante, tratarán de imponerlo.
También es importante que toda
la población tome plena conciencia de la relación entre la devaluación y la apertura de las importaciones con la
inflación y la desocupación.
Ahora ¿por qué el único plan
económico que puede tener el capital concentrado implica someter a la pobreza,
la indigencia y la desocupación a la mayoría de la población? ¿Qué es un plan
económico? La conciencia general piensa que este plan (y todos los planes
económicos) tiene, como objetivo central mejorar el bienestar de la población.
Esto se relaciona con que, en general, se piensa lo mismo de los gobiernos. Por
eso mucha gente le recomienda al
gobierno que cambie algunas medidas, que cambie el rumbo, etc.; cuando
esto lo hacen políticos y muchos periodistas generalmente saben que mienten
pero su objetivo es mantener engañado y en la ignorancia al pueblo sobre la
verdadera finalidad del plan económico.
En los medios de comunicación
progresistas se ha repetido permanentemente que es un gobierno para los ricos,
o que gobiernan los ricos para los ricos. Pero una gran parte de la población
no tiene conciencia de esto, y en particular una gran parte de los que votaron
a Cambiemos. Todos los gobiernos en lo fundamental gobiernan para los intereses
del capitalismo y no para los intereses del pueblo, que son opuestos. Algunos
gobiernos son directamente cómplices, otros no, pero ceden permanentemente a
las instrucciones del capital, y los que tienen mejores intenciones, como los
populistas progresistas, al estilo del último gobierno, pueden hacer muchas
reformas a favor del pueblo, pero no pueden impedir que el funcionamiento
general del país responda a las necesidades del capital concentrado. Todo esto
significa que lo habitual consista en que los planes económicos no se hacen
para beneficiar al pueblo sino al capital.
El verdadero fin de este plan
económico es aumentar la tasa de ganancia de los conglomerados[5]
empresarios internacionales, el capital concentrado, sin importarle las
consecuencias sociales que produzca, siempre que pueda controlarlas o
aplastarlas. Tradicionalmente el capital piensa en su ganancia y le deja a los
respectivos gobiernos que se encarguen de la situación social. Esto no es
opinión antojadiza, es la economía ortodoxa que se enseña en forma exclusiva en
la mayoría de las universidades del mundo en la carrera de economía. Un ejemplo
clásico es la desocupación. Son las empresas las que despiden gente. Cuando los
despidos son en gran escala la consecuencia es la desocupación. Pero las
empresas no toman la desocupación como un problema
de ellas —a pesar que la han generado— sino del gobierno. Hoy están los
empresarios o sus representantes gobernando directamente y como consecuencia la
política gubernamental tiene como objetivo exclusivo aumentar las ganancias
empresarias, con el mismo criterio que la empresa individual. La única “función
social” de las empresas es preocuparse por sus ganancias. El resto es tarea de
los gobiernos. Lo que se omite aquí es que la economía está en manos de las
empresas y no de los gobiernos. ¿Cómo van a tener la totalidad de la responsabilidad los gobiernos si toda la economía
está en manos privadas, de empresarios?
El Estado es una maquinaria de
dominación de la clase capitalista sobre el conjunto de los trabajadores y el
pueblo en general. Algún gobierno puede tener intenciones favorables al pueblo
y realizar reformas con ese objetivo, como en alguna medida lo hizo el
kirchnerismo, pero no pueden modificar el aparato de dominación burguesa en
cuanto tal.
La razón fundamental por la cual
el capital concentrado no puede cambiar lo esencial de su plan económico es que
en el mundo existe una gran baja de la tasa de ganancia, a lo que se agrega
como consecuencia, una crisis de superproducción[6].
El gran capital necesita ganar lo más posible en los países periféricos —aunque
esto signifique tasas de ganancia descomunales en esos países— para elevar la tasa de ganancia general de sus
conglomerados internacionales aunque sea en pequeña proporción.[7]
Y también la crisis de superproducción los lleva a tratar de vender en la
periferia, por eso se abren las importaciones, se importan muchos productos de
los cuales existe producción propia en el país. Al capital concentrado no le
conviene la existencia de PyMES que compitan con sus ventas en el mercado local.
El tamaño de los conglomerados es tan grande —algunos son dueños o tienen el
control de 2.000, 3.000 empresas o más— que no tienen otra alternativa que el
saqueo si quieren sobrevivir como conglomerados empresarios, como capital
concentrado. Como personas tienen riqueza acumulada[8].
O sea que el capital concentrado
no tiene ni puede tener una política progresista buscando un mejor bienestar
general, aquellos que le piden corregir los “errores” están pidiendo un
imposible.
Una victoria definitiva contra
el capital concentrado no se puede lograr sin revolución social. Es necesario
que todas las luchas tengan claro que es al plan del capital concentrado internacional, representado por el gobierno,
al que tienen que enfrentar.
La lucha del pueblo puede frenar
por un tiempo esta ofensiva, pero es necesario que surjan dirigentes capaces de
elaborar la orientación general, porque las limitaciones de los dirigentes
kirchneristas y de las conducciones sindicales más o menos combativas es muy grande,
insuficiente para contrarrestar todo el poder estatal dominado por el capital
concentrado internacional.
El componente espontáneo de
todas las movilizaciones que se dan a lo largo y ancho del país es
predominante. No es verdad que las movilizaciones son generadas por el
kirchnerismo para desestabilizar. En general las fuerzas sociales progresistas
y de izquierda participan, pero las protestas y movilizaciones son
principalmente espontáneas. El gran capital intentará quebrar estas protestas,
someterlas a la impotencia. Tiene una experiencia histórica acumulada que el
pueblo no tiene en la misma medida. Y tiene dinero, tiene el aparato represivo
y apaña —a las que genera más o menos
clandestinamente— a las fuerzas de choque. En los últimos tiempos en todo el
mundo se ha agudizado algo que siempre hizo la burguesía: utilizar los medios
de comunicación para engañar a la población y manejarla para el lado que le
conviene, que en este momento es inducir
el enfrentamiento de una parte del pueblo con la otra.
El capital siempre tendrá
múltiples maneras de instalar en la población una interpretación de los hechos
que favorezca a sus intereses. En toda Europa la crisis desatada por el capital
está siendo vendida como responsabilidad de los inmigrantes, del terrorismo[9],
etc., y gran parte de la población europea cree en esa versión y actúa en
consecuencia.
Además el capital cuenta con los
servicios de inteligencia, que preparan permanentemente operativos inventando
enemigos, con la complicidad de gran parte del poder judicial. Los medios de
comunicación dan a conocer una acusación contra alguien de la oposición, sin
ningún fundamento y los fiscales y jueces inmediatamente inician procesos
judiciales contra los denunciados.
Una gran parte de la población cree
que Clarín y sus radios y canales de televisión, y el diario La Nación, son “la información periodística”
objetiva de los hechos. Si estos medios lo dicen, es verdad. Esa parte del
pueblo no ve la realidad, sino una
ficción.
La ofensiva del capital
concentrado internacional es a nivel mundial; en América Latina contra todos
los gobiernos progresistas populistas, el golpe “parlamentario” contra Dilma
Rouseff lo certifica. Es incluso probable que en EE.UU., por sus
características, la persecución a Hilary Clinton, que es representante política
de este capital concentrado, revela hasta dónde llega su ofensiva. Por las
mismas razones se ha desarrollado la destrucción del estado de bienestar en toda Europa, con Grecia como ejemplos más
notorio.
El pueblo argentino ha
demostrado y sigue demostrando capacidad de lucha, movilización y resistencia.
Que surjan grandes dirigentes y no se dejen engañar por el poder dominante es
fundamental. La tarea del proletariado y de todos los trabajadores debe tener
como objetivo estratégico impulsar una revolución democrática de todo el
pueblo, que desarme todo este aparato estatal represivo, mediático,
parlamentario, y judicial, logrando una verdadera democracia de todo el pueblo.
Carlos A. Larriera
28.8.2016
[1] Ajuste significa ajustar
algo que está desajustado y por lo tanto no funciona bien. Los que están en
contra de la política macrista usan la palabra en el sentido de que es
perjudicial contra el pueblo. El término está generalizado, pero no se debería
usar, porque en los hechos también contribuye a que el pueblo crea que hay algo
que está desajustado.
[2] El pueblo
argentino no conoce lo que es Macri, Carlos A.
Larriera, Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=205320, 05-11-2015
[3] Pogroms, patotas y
otras variantes de fuerzas de choque fascistas o proto-fascistas, Carlos A.
Larriera, Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=141196.
26-08-2016, Elementos fascistas en el macrismo, Carlos A. Larriera. Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215972
|
[4] 28
agosto, 2016, No a la creación de centros
de detención de personas migrantes en Argentina, http://kaosenlared.net/argentina-no-a-la-creacion-de-centros-de-detencion-de-personas-migrantes-en-argentina/
[5]
“Unos pocos cientos de corporaciones, que a la vez
extienden su control sobre otros miles de empresas gracias a participaciones en
su capital accionario, dominan la producción mundial.” Capitalismo
siglo XXI: un mundo menos plano que nunca,
Esteban Mercatante, Ideas de Izquierda n° 14, pág. 27. http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2014/10/27_29_Mercatante.pdf
También ver Peter Nolan y Jin Zhang, “Global competition after the
financial crisis”, New
Left Review 64, julio-agosto 2010. Y 12. Stefania Vitali et. al., “The Network of Global Corporate
Control”, PLoS ONE, Volume 6, Issue 10,
Zurich, octubre 2011, citados por Mercatante en ob. Cit.
[6] La competencia intecapitalista lleva a la
elevación de la productividad y a la concentración económica, lo que eleva cada
vez más la cantidad de mercancías que se ofrecen en el mercado, pero al mismo
tiempo el capital contrata menos mano de obra —en proporción al total del
capital invertido— a medida que maquiniza la producción, y el consumo solvente
disminuye produciéndose un excedente de producción, que no es excedente en
relación a las necesidades humanas, sino en relación a la capacidad de compra
de la población.
[7] La tasa de ganancia es el total del
plusvalor dividido por el total del capital invertido, y como este es enorme en
un conglomerado internacional, el plusvalor extraído de los países periféricos
generalmente eleva en pequeña proporción de la tasa de ganancia del
conglomerado a nivel mundial.
[8] 146 accionistas controlan el 40% del valor total de
las empresas, Quién controla el mundo:
las 10 empresas que participan en más de 40.000, Narciso Pizarro,
El Salmón Contracorriente, 02-04-2016.
[9]
El principal
terrorismo es el impulsado por EEUU para justificar su política de saqueo a
nivel mundial. Ver en el artículo Elementos
fascistas en el macrismo, de Carlos
A. Larriera, Rebelión, las llamadas 19 y 20 en que figuran los links
relacionados con el tema.
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