La
corrupción es inherente al capitalismo
Los
políticos, economistas y comunicadores que responden al capital en general y al
capital concentrado, utilizan con frecuencia la corrupción en abstracto como
causante principal de los males sociales. La alianza De la Rúa-Alvarez basó su
campaña electoral en la promesa de que en su futuro gobierno se eliminaría la
corrupción, dando a entender implícitamente que con eso desaparecerían todos
los males producidos por anteriores gobiernos. Chacho Alvarez renunció por el escándalo
de corrupción de las BANELCO.
El
actual gobierno adjudica al anterior todos los males que su política actual
está provocando en la población, despidos, tarifazos, etc. Y la explicación es
que en la época kirchnerista reinó la corrupción y que se robaron todo. Cuando
se le pregunta a la gente de a pie qué es concretamente lo que se robaron, por
toda respuesta se recibe el silencio, o en todo caso frases como ¿qué es lo que
no se robaron?, lo que es otra forma de no responder. Simplemente han dado por
cierto lo que la propaganda mediática viene instalando durante el anterior
gobierno y con mayor virulencia en el actual. Como ejemplos se daban los de
Boudou en su momento, luego el de Lázaro Baez, y actualmente el de José López.
En el caso de los dos primeros todavía no hay sentencia judicial. De cualquier
manera son solamente casos individuales, en todo caso delitos que no perjudican
a la población en general, como fueron las privatizaciones en la época
menemista en los ’90. A pesar de toda la propaganda mediática, en el caso de
comprobarse fehacientemente no alcanzan para adjudicarle todos los males
actuales a la corrupción del gobierno anterior.
Lo que
se oculta es que la corrupción es inherente al capitalismo. Es lo que aceita su
funcionamiento. El capitalismo no puede
funcionar sin corrupción.
Son los
capitalistas los que corrompen a los funcionarios de los distintos gobiernos.
Si hay alguien que acepta una coima es porque hay otro alguien que se la
ofrece. El capital compra todo con dinero, inclusive los favores de la
administración estatal. Aún cuando asuma un gobierno integrado por demócratas
de trayectoria impecable en cuanto a su honestidad, difícilmente todos resistan
a las presiones monetarias de los capitalistas que buscan, de esa manera,
aumentar sus ganancias. El capitalismo funciona así. Y será siempre así mientras exista el capitalismo.
El
gobierno anterior, pese a todos los esfuerzos del capital concentrado para corromperlo,
ha resistido mucho más que otros estas presiones, al mismo tiempo que ha
utilizado el presupuesto nacional para realizar una de las mayores obras de
infraestructura de la historia argentina, y gran cantidad de beneficios
sociales, lo que deja poco margen para “robarse todo”. Esta resistencia del
gobierno anterior a los intentos del capital concentrado de corromperlo es una
de las razones del odio de éste último, y de su transmisión de ese odio a gran
parte de la población.
La inmensa
mayoría de los integrantes del actual gobierno, y de los grandes capitalistas
por él representados, son los más corruptos, lo que tienen su fortuna fuera del
país, en gran medida en paraísos fiscales, como lo denunciado en Paraná Papers,
etc. Ellos sí se robaron y se roban miles de millones de dólares, con toda
impunidad, protegidos por la gran prensa mediática, gran parte del poder
judicial, etc. Y son estos grandes ladrones de miles de millones de dólares los
que quieren acusar al gobierno anterior de corrupción generalizada utilizando a
José López por robar entre 5 y 10 millones de dólares.
Es un
engaño al pueblo hacerle creer que el problema de todos sus males es la
corrupción. Es una manera de encubrir que la verdadera culpabilidad es de la
empresa privada, la empresa capitalista, en particular hoy en día el capital
concentrado. Estas empresas, los dueños del dinero, son las que generan la corrupción. No podría haber
funcionarios corruptos si nos los corrompen los que tienen dinero. Son los
voceros de este capital los que instalan la corrupción en abstracto como la
causante de todos los males sociales.
Que la
corrupción es inherente al capitalismo no es ninguna novedad pero la propaganda
mediática se realiza igualmente como si no se hubiera enterado.
Ya
Federico Engels había escrito que la democracia burguesa es la forma más
perfecta de dictadura de la burguesía porque “la riqueza ejerce su poder indirectamente, pero de un modo más seguro.
De una parte, bajo la forma de corrupción directa de los funcionarios, de lo
cual es América[1]
un modelo clásico, y de otra parte, bajo
la forma de alianza entre el Gobierno y la Bolsa[2]”.[3]
Carlos
A. Larriera
19.6.2016
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