Primera
movilización del conjunto de los trabajadores bajo el nuevo gobierno
La gran movilización obrera del
29.4.2016 constituye la verdadera votación del pueblo. Mucho más genuina y
representativa que el ballotage de diciembre 2015 entre Macri y Scioli donde
resultó ganador el primero por alrededor de dos puntos.
El resultado de esa elección
nunca reflejó la verdadera preferencia de la mayoría de la población, sino que
fue principalmente producto de una campaña publicitaria ideada por Durán Barba
y otros asesores para producir un shock de votos volátiles y pasajeros pero que
podrían garantizar el triunfo electoral. Esta campaña se basó en influenciar el
voto centrista, el más vulnerable y el voto de una parte de la juventud, como
la que concurre a la escuela secundaria, para la que usaron una legión de
militantes en los colegios y los barrios, seguramente paga, utilizando dinero
en abundancia proporcionado en parte, por Paul Singer, titular del principal fondo
buitre, y otras fuentes del gran capital internacional.
La movilización de ayer es la
verdadera votación porque abarca a la mayoría del pueblo argentino, el sector
asalariado, incluida la clase obrera. Queda afuera solamente una parte de la
clase media, cuya dimensión es incierta.
Cierto que se basa en la
experiencia de despidos, inflación, aumentos de tarifas, etc., de los últimos
cuatro meses postelectorales, pero esto ha posibilitado a la población
comprender mucho más cabalmente cual es la verdadera política del macrismo.
No cabe duda que después de la
multitudinaria movilización de ayer, que como sucede siempre, representa a
muchos más que no fueron pero que adhieren, la opinión pública predominante se
ha transformado de un día para el otro, objetivamente, en contraria al
gobierno.
El segundo aspecto que se
destaca es que los dirigentes de las organizaciones obreras convocantes han
ocupado el centro de la escena, si bien formalmente sindical, con implicancias
políticas objetivas, compitiendo de hecho con el posicionamiento de Cristina
Fernández de Kichner. La base social para luchar contra la política del
gobierno es la que estuvo movilizada ayer. Las posibilidades concretas de dirigir
la resistencia está en manos de estos dirigentes. Cristina no puede ofrecer una
alternativa mejor, porque el resto de la base social con posibilidades de
resistencia es solamente una parte incierta de la clase media, mucho más
volátil e inestable que el movimiento obrera. Aunque es cierto que Cristina tiene
una capacidad de convocatoria que incluye una buena parte de los que se movilizaron
ayer. Pero Cristina, y el FPV en particular no tienen, todavía al menos, un plan de resistencia
concreto, mientras que los sindicalistas están en condiciones de canalizar la
resistencia natural de los trabajadores a la ofensiva del capital concentrado
representado en este gobierno.
Desde ya que estos dirigentes
distan mucho de ser combativos y consecuentes en la lucha. El mejor y más comprometido
es Yasky. El otro extremo es Moyano, que en los últimos tiempos ha sido más
empresario que dirigente sindical. Junto con Miceli y Caló, son los tres
burócratas sindicales. Es probable que Moyano negocie con Macri nuevamente, o
siga las negociaciones, como lo revela su discurso conciliador con éste.
Detectaron que la base de los trabajadores estaba muy inquieta y actuaron para
evitar que los desbordara. Pero es sólo la foto del día. Lo que sí es muy
importante es que no hay otros que tengan capacidad de convocatoria nacional,
porque están aprovechando el lugar que históricamente ocupó la CGT como convocante del
conjunto de los trabajadores. Y es muy difícil que surjan a corto plazo
dirigentes de base realmente combativos que tengan esa capacidad de convocatoria.
El surgimiento de estos
dirigentes combativos de base es necesario y muy importante, pero todavía no
hay noticias, por lo menos de dominio público, de que esto suceda. Y también
sería importante que alcanzaran dimensión nacional, incluido el poder de
convocatoria. Pero no es algo sencillo ni fácil, no sucede siempre. Muchas
veces después de muchos intentos de consolidar una resistencia efectiva surgida
desde las bases sin resultados importantes comienza a predominar el desánimo.
No hay ninguna certeza de que
los manifestantes agrupados en organizaciones sindicales respondieran
normalmente a Moyano, por ejemplo, o cualquiera de los cuatro. Pero
aprovecharon que era una convocatoria nacional para concurrir masivamente. Lo
mismo sucedió con un número elevado de trabajadores no encuadrados
específicamente en organizaciones sindicales.
Obviamente que esto solamente es
la instantánea del día. No se puede predecir que sucederá, dependerá de muchos
factores que todavía no se han desarrollado, de cómo pueda evolucionar en lo
sucesivo la situación política, así como la política efectiva que desarrollará
la propia Cristina, y si estos dirigentes se mantienen consecuentes al frente
de la resistencia y se animan a elevarla a nivel político, lo que de hecho es
muy improbable.
Desde ya que si todo el proceso
desemboca en una alternativa electoral que canalice pacíficamente la
resistencia, la principal candidata es Cristina Fernández de Kirchner, a pesar
de todo. Para competir con esa candidatura estos dirigentes deberían
transformarse en verdaderos dirigentes políticos, perfil que hasta ahora nunca
han tenido cabalmente.
El tercer aspecto que hay que
señalar es que en la convocatoria y en los discursos de los titulares de las 4
centrales obreras hubo un claro llamado a la unidad, reforzado por la propia
unidad de los dirigentes, con promesas incluso de concretar una sola CGT. Lo
más importante de esto es que instala en la base de los trabajadores esa idea
de unidad, fundamental para el éxito de la resistencia.
En cuarto lugar hay que
preguntarse si lo sucedido ayer se desarrollará hacia una verdadera oposición
política al gobierno macrista, o se limitará a reclamos contra despidos,
disminución del salario real, etc.
Incluso puede suceder que los
sectores que avancen hacia una dimensión más política busquen la dirección de
Cristina Kirchner si estos dirigentes mantienen su liderazgo en los límites
reivindicativos, sindicales.
Carlos A. Larriera
1º.5.2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario